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20 y le dijeron:

—Mira, las puertas del jardín están cerradas; nadie nos ve. Estamos llenos de pasión por ti; acepta y entrégate a nosotros. 21 De lo contrario, te acusaremos de que un joven estaba contigo, y que por eso mandaste salir a las muchachas.

22 Susana se echó a llorar y dijo:

—¡No tengo salida! Si hago lo que ustedes me proponen, seré condenada a muerte, y si me resisto, no podré escapar de sus manos.

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